Desde hace ya un tiempo siempre voy acompañado de un pequeño cuaderno donde anoto cualquier cosa que se me pasa por la cabeza y que me parece digna de ser anotada (lo cual no ocurre tantas veces), frases que me llaman la atención por el razonamiento y/o sensación que me han podido generar en el momento de leerlas o escucharlas (que, en ocasiones, difiere de lo que pienso y/o siento cuando las vuelvo a leer al cabo del tiempo), o comentarios que me hacen muchos de mis alumnos sobre la vida en general y sobre el cuerpo y sus misterios en particular. Tengo que decir también, que muchas de estas frases, comentarios, reflexiones o simples palabras parece que no me llevan a ningún sitio o final, y he aquí precisamente donde me encuentro hoy.
Cuantas veces a lo largo de nuestra vida escuchamos la frase «al final todo saldrá bien», y no es que que no encierre una verdad, ya que el paso del tiempo siempre suele jugar a favor de cualquier inconveniente o contratiempo, pero el punto está en el «final». Y es que yo creo que no tenemos que fijarnos en la meta, en ese final donde nos espera el premio para el ganador (porque no nos engañemos, nadie quiere un premio a la participación o un reconocimiento de asistencia), ya que esto no nos deja disfrutar del viaje que estamos realizando; porque cuando aprendes algo te embarcas en un viaje, un viaje en el presente, muchas veces sin saber donde llegarás pero con la certeza de saber que quieres estar justo ahí en ese momento, cuerpo y mente en el Aquí y el Ahora; algo sumamente difícil en estos días, cabe decir. Y cuando realmente consigues, por un nanosegundo, estar en ese momento, se abre una nueva puerta ante ti, te sientes pletórico y en cierta forma iluminado en ese instante.
Pues bien, me gusta pensar que el Universo nos pone en situaciones y en momentos con algún propósito y que es nuestra tarea emprender ese viaje tratando de hacerlo de la mejor manera posible, porque todo llega en el momento que tiene que llegar, y así fue como llegó Pilates a mi vida. Muchas veces he pensado porque no habrá llegado antes y así hubiera comenzado antes este viaje, pero ahora se (varios años más tarde) que llegó justo en el momento indicado y lo sé porque simplemente me dejo llevar por este momento sin vislumbrar una meta o un final, sino disfrutando y aprendiendo de cada una de las personas que se cruzan en mi vida, de todos los profesores y mentores que se dedican a transmitir sus enseñanzas con tanta pasión, de cada uno de los alumnos que te dicen cuanto les ha cambiado tus enseñanzas , de cualquier extraño que te hace un comentario en la cola del supermercado.
Y es que, después de todo, no sabremos lo que la vida nos depara con exactitud, pero debemos estar agradecidos por los retos y las personas que nos pone en el camino cada dia, ya que una actitud positiva, aumenta las posibilidades de obtener buenos resultados, como bien dijo Fernando Sabino «No fim, tudo dá certo. Se não deu, ainda não chegou ao fim.»
David Amador
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